Como la pintura de un dolor, un rostro sin corazón.
Todos conocen mi nombre.
Todos conocen mi historia, y la han envidiado sin saber que detrás de mí atractiva juventud hay un sin fin de pecados que aún esperan su castigo.
He caminado sólo por el tiempo, devorando la vida… buscando ese algo que siga satisfaciendo mi ser hedonista.
He conocido a cientos de personas que se han perdido ya en la sombra de mi indiferencia… Hasta que llegué al siglo XXI y conocí a Carley Wells.
Sin saberlo, esta hermosa mujer se adentró en el primer nivel de mi hedonismo y despertó al monstruo que, en cuanto la vio, quiso para sí toda su inocencia… su alma.
Beso a beso y caricia tras caricia, Carley me hizo creer que aún había esperanza para salvar mi marchitada alma, pero primero tengo que destrozar la suya para lograr al fin la paz.
¿Seré capaz de destruir al único ángel que puede salvarme?
Soy Dorian Gray y mi alma está maldita.
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